Desde hace décadas, diversos científicos han profundizado en el funcionamiento del cerebro, y sus diferentes partes; una de estas es el complejo R, o también llamado cerebro reptiliano, una serie de órganos importantes para la supervivencia, pero que en ocasiones pueden volverse el lastre que impide que salgas de tu zona de confort, y puedas crecer de forma más amplia, tanto personal, como profesionalmente. Aquí te explicamos en qué consiste, su importancia, y cómo puedes aprender a controlarlo, para poder desarrollarte de una forma más plena y sin límites propios.
Fue en la década de los 60's que el neurocientífico Paul MacLean, logró demostrar el funcionamiento del cerebro y las funciones específicas que tienen cada una de las partes que lo conforman.
No solo estudió el cerebro humano, sino también el de diversos vertebrados, incluyendo el de los reptiles; su modelo se denómino cerebro triúnico, pues dividió el sistema nervioso central, en tres partes fundamentales; una de estas partes, es la correspondiente al complejo R, que por ser el más predominante en especies como la de los reptiles, se le llamó también Cerebro Reptiliano.
Este complejo R, está compuesto de diversas partes del cerebro, incluyendo algunas de las más importantes:
➤ El cerebelo. Es la parte del cerebro que tiene mayor cantidad de neuronas y conexiones neuronales, y se encarga de funciones como el equilibrio, la coordinación y la memoria de habilidades.
➤ La médula espinal. Que es la que permite la conexión sensorial con el cerebro; es decir que lleva a las distintas partes del cuerpo los impulsos e información que surgen de este.
➤ Ganglios basales. Es la estructura neuronal que se localiza en lo más profundo de la corteza cerebral y almacena la información motriz del cuerpo. Por ejemplo, cuando empezamos a aprender a andar en bicicleta, se nos complica, pues nuestros ganglios no tienen la información de equilibro y control que se requiere para esta tarea; pero una vez que empezamos a surtir de forma cotidiana esta clase de impulsos, aquí se desarrolla una especie de memoria, que nos permite posteriormente realizar esta tarea de forma natural y sin mayores esfuerzos.
Por esto, el cerebro reptiliano, se considera que ha sido esencial para la supervivencia, en los miles de años de evolución del ser humano; ya que en su conjunto, controla funciones clave como las habilidades, los hábitos, los reflejos; es decir, es una especie de gestión de instintos, que usamos para diferentes situaciones de nuestra vida cotidiana.
Estos instintos, no solo están encaminados a tener un sistema de cosas que son “seguras” de hacer, sino que además nos evitan dolor, y nos permiten disfrutar o tener sensaciones positivas.
Muchas veces, cuando nos surge el deseo de emprender algo, de conseguir un deseo añorado, de alcanzar una meta, ya sea una que siempre hayamos tenido, o una que recién se nos haya ocurrido, muchas veces también fracasamos.
Es común que empecemos algo, y lo dejemos a medias, o solo se quede en una vaga idea, la cual con el tiempo se va diluyendo, hasta que nos olvidamos de ella, sin perseverar en alcanzarla.
Muchas veces, el culpable de estos fracasos, es el cerebro reptiliano; pues se trata de nuestro propio instinto, que se reúsa a salir de su zona de confort, para luchar por alcanzar nuestros objetivos.
Si de pronto no surge el deseo de tener la capacidad física de correr una maratón, y de hacerlo incluso en determinado tiempo, puede ser que el día que se nos ocurrió, nos levantemos temprano, muy motivados, nos pongamos nuestros mejores tenis, y salgamos a practicar.
No obstante que si empezamos a correr, a intentar ir más allá, es normal que nuestro cuerpo empiece a sentir dolor, a cansarse, a decir ¡Basta! ¿Para qué? Solo tómate un descanso, destapa una cerveza y vamos a sentarnos a mirar una película, no quiero dolor, esto es demasiado complicado.
Muchas veces, es posible que le hagamos caso a nuestro cerebro reptiliano, y abandonemos ese deseo que teníamos, para no sufrir con un duro entrenamiento, y mantenernos cómodos en casa, sin tener que realizar un esfuerzo al cual no estábamos habituados.
Y esto aplica no solo para cuestiones físicas; de igual forma acciones como emprender un negocio, conseguir un mejor empleo, obtener un mayor grado escolar, son tareas que, es cierto, puede que no sean sencillas, pueden de hecho ser bastante complicadas, pues no solo nos implicarán tiempo, sino también esfuerzo, lo cual no solo nos provocará cansancio, sino hasta dolor, y nos alejará de aquellas cosas fáciles y simples que comunmente disfrutamos.
Sin embargo, aquí es donde entra en juego la determinación personal y la capacidad para ser sinceros con uno mismo; antes que nada convencernos de que esa meta, ese logro, ese sueño, va a implicar un desgaste, es cierto, pero alcanzarlo, también tiene una razón de ser, y es un motivo que realmente vale la pena, pues para tu vida, o para tu familia, será algo positivo, que tendrá un significado y una utilidad importante, que hará que cualquier esfuerzo realizado valga totalmente la pena.
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